
Su acción en el consulado
Por la importancia del puerto de Buenos Aires, en 1792 el Rey Carlos IV había creado el Consulado de Comercio y nombra como Secretario Perpetuo al joven abogado que le han recomendado: Manuel Belgrano González.

Con 22 años, vuelve con una formación sólida, ya habituado a pensar y reflexionar sobre los temas públicos, entusiasmado para colaborar en el bien común, antes que lograr ambiciones personales.
Trae de Europa el entusiasmo por la promoción de la agricultura. Lo encuentra muy apropiado para América, dedicada desde la metrópoli al Comercio. Escribe para explicar que la base está en las materias primas de la Agricultura, luego viene la Industria manufacturera y finalmente se llegará al intercambio del Comercio.


Memoria al Consulado, 1796:
“Es, pues, forzoso atender primeramente a la agricultura, como que es el manantial de los verdaderos bienes, de las riquezas que tienen un precio real.”